1. Asegúrate de usar las herramientas correctas
Como explicábamos en el post del otro día, el uso de las herramientas se ha convertido en un apartado imprescindible a la hora de gestionar un proyecto. Te permiten planificar todas las tareas del equipo, tener un control exhaustivo de su progreso, etc. pero has de analizar bien a la hora de elegir la más adecuada porque, dependiendo de cada proyecto, una herramienta se adaptará mejor que otra a tus necesidades y una mala elección puede llevar al fracaso a un proyecto.
2. La comunicación es clave
Quizás la falta de comunicación sea el motivo principal por el que muchos proyectos no obtienen los resultados esperados. Por ello, la buena gestión del equipo es de vital importancia, pues es necesario compartir información y, sobre todo, conocimiento con el resto de profesionales. Son varias las causas que suelen generar esta situación: mal ambiente en el lugar de trabajo, desacuerdos, continuos cambios en el proyecto, estrés, personalidades fuertes dentro del equipo, etc. Consejo: intenta cuidar todas ellas por el bien del proyecto.
3. No llevar un control exhaustivo del proyecto
De nada sirve si has planteado al dedillo cada una de las fases del proyecto, pero no llevas un seguimiento diario del mismo (he aquí la importancia, de nuevo, de las herramientas de gestión de proyectos). Estas acciones son necesarias para poder medir los resultados en plazos, costes y objetivos e ir comparándolo con la planificación inicial. Además, también es importante ir controlándolo con el resto del equipo para evitar retrasos en las distintas tareas.
4. Planifica y vencerás
Un proyecto consta de múltiples facetas y disciplinas, las cuales intervienen directa o indirectamente obligándonos desde el principio a identificar la manera correcta en que debemos organizar cada una de las actividades involucradas y su nivel de importancia. Esta correcta planificación nos ayudará a establecer la prioridad de cada una de las actividades y a tener un mejor control del tiempo para ejecutar un proyecto con la calidad deseada y con éxito.
5. Más y más errores
En este post hemos desarrollado exclusivamente cuatro, pero hay muchos más: sobrecostes, no realización de análisis de riesgos previos, malas elecciones de KPI’S, entrega del proyecto sin validación previa, descuidar los detalles, etc.